Día 1. Uno como cualquier otro…

Verano. Esa época del año que las madres recibimos con un suspiro sobrecogido. Sí, una época estival con agradables temperaturas en un lugar idílico junto a la costa en la que poder disfrutar de la plenitud del tiempo con tus hijos y de la veleidades de la vida. También un época en la que hay que trabajar, seguir cuidando de la casa, encargarte de los niños todo el día todos los días y todas las noches, escribir el diario con uno sentado encima (ahora escribe ella: EmmA)…

Hora del orto: 7.30 a.m. En la cama con los dos niños y la barriga. Ariel se ha hecho pipí en la cama durante la madrugada, por lo que he amanecido embadurnada y fresquita. Habrá que cambiar las sábanas, lo primero. Felipe está malo. Se acostó con fiebre y se ha despertado mil y una veces, con tos, con malestar y con tontería. Y yo con él, claro. El tercero se ha despertado otras tantas y se ha dedicado a dar patadas como si no hubiera un mañana, haciéndome plenamente consciente de ellas. No me ha dejado girarme hacia la izquierda en toda la noche y me ha condenado a dejarme dormido el lado derecho del cuerpo. Ésa ha sido la noche. Seguramente cuando me mire al espejo, si lo hago, adivine cierta cara de cansada. Normal. Ni siquiera puedo tener la depresión que creo que me merezco.

Desayuno: completado. Ariel, comida de bebés, porque ahora le ha dado por esto. Obviamente no se la ha comido. Luego le he hecho otra cosa. Felipe galletas. Fácil. Cocina limpia, lavavajillas puesto y salón recogido. Los cuartos por hacer. Primera entrada del blog, hecha. Al menos, de momento, alguna meta se consigue.

Planes: voy a llevar a los niños a la ludoteca de abajo una hojita y media y aprovecho para mirar cosas del trabajo en el ordenador. Luego farmacia, a trabajar. O a intentarlo. La idea es que mi madre, que está allí, se lleve a los niños a comer a su casa y yo me quede en el trabajo a tratar de quitar trabajo atrasado. Luego… Improvisaremos.

Pronóstico: ola de calor, sin cena y sin esperanzas de que los niños me vayan a dejar un ratito. Hoy trataré de hablar con Elisse, para que al menos las cosas no se queden tan mal.

Objetivos para hoy: casa recogida, niños entretenidos, trabajo adelantado, transferencias banco (ya voy tarde-horario de feria-mierda). Hablar con Mamen, conseguir cena, preguntar pago en colegio, arreglar problemas con el piso alquilado porque la inquilina me ha avisado de que se va (tengo que conseguir uno nuevo antes de septiembre). Llamar a Macu tampoco estaría mal (hace una semana que le dije que nos veríamos para comer y aún no he dado señales de vida).

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s